Lo bueno de que la bodega donde elaboras el vino artesanalmente esté a tan solo 300 m. del viñedo, hace que podamos mantener la esencia más pura de la tierra y su naturaleza.
Esa proximidad entre el viñedo y la bodega De Postín®, nos permite mantener la esencia, los sabores, los aromas de la tierra en su estado puro.
La cercanía que tenemos entre el «terroir» donde crece cada viña y las barricas donde se cría el vino, hace que perdure la conexión con la tierra cada vez que se abre una botella De Postín®. Puedes sentirla, puedes olerla, puedes disfrutarla en cada copa.
Eso es lo que hace a un vino mágico, que la tierra, la planta y el vino haya sido cuidado, mimado y elaborados por las mismas manos, en un mismo entorno para mantener su esencia y su autenticidad.