El origen de Parcela 29 y su viñedo, se remonta a la Edad Media.
Hace más de 400 años, la Parcela 29 y una amplia zona de alrededor estaba bajo el Dominio de un Señorío de origen francés.
El noble francés propietario del Señorío que ocupaba gran parte de Zayas de Báscones y donde se ubicaba Parcela 29 era de gran relevancia en la época. El noble francés, tenía un caracter emprendedor y poco conservador para los tiempos que corrían en la Edad Media y lejos de conformarse con autoabastecerse en su Dominio, lo que más le interesaba era descubrir y hacerse con los preciados metales preciosos que portaban comerciantes europeos en Francia e Italia, y con el exotismo de las especias que llegaban del lejano Oriente.
El intrépido noble francés, que convivía en armonía con el resto de campesinos de pura cepa catellana que habitaban su Dominio. Y juntos, idearon un plan para poder hacerse con esos bienes tan lujosos y desconocidos para ellos. Debía ofrecer a cambio el bien más preciado de todo su Dominio: el vino. Pero para que fuese tan valorado, debía elaborar un vino exquisito, extraordinario, diferente a todos.
Así, noble y campesinos combinaron su «savoir faire» :
- el noble francés, aportó todo su conocimiento sobre elaboración de vino que, aunque seguía métodos tradicionales, incorporaba mordernas técnicas de vinificación que se estaban ya aplicando en Francia.
- Los sabios campesinos por su parte, aportaron su experiencia y conocimiento en el trabajo de la tierra y el cuidado de la viña.
En aquel momento, todo el vino del Señorío provenía de la Parcela 29 de Zayas de Báscones. Es curiosos, que en todo el Señorío que abarcaba el Coto Redondo de Zayas de Báscones, solamente había un viñedo y éste se encontraba en la Parcela 29, la protagonista de nuestra historia.
El saber que da la experiencia y el trabajo con la tierra durante años hizo que los campesinos más mayores y experimentados eligiesen esa única parcela para plantar el viñedo del Señorío.
¿Por qué nuestros ancestros, con todo el saber que da la experiencia y el trabajo duro en el campo, eligieron esa parcela? ¿Por qué en concreto esa tierra ubicada a la Ribera del río? ¿Fue su terroir? ¿Fue su orientación? ¿O tal vez la suave ladera y su precisa orientación lo que les enamoró? ¿Fue la fuerza de su tierra lo que les cautivó…?
A día de hoy no sabemos cuál fue el motivo, pero lo que sí tenemos claro es que acertaron.
Y así, la Parcela 29, denominada 400 años atrás «Las Viñas» por ser la única en la zona con cultivo de vid, comenzó a dar sus frutos con unas uvas de excelente calidad. Calidad que se se reflejaba en sus vinos de guarda, que tras ser elaborados artesanalmente en el lagar ubicado justo al lado de la parcela, dormían tranquilos en las bodegas subterráneas naturales que rodean Parcela 29.
Pronto el intercambio del exquisito vino de Parcela 29 por oro y metales preciosos de los mercaderes europeos fue a más, llegando el Vino del Señorío a nobles y reyes de otras regiones y países, que cada vez querían más y más de este vino.
¿Y cómo era posible que en esos tiempos, en plena Edad Media, alguien pudiese llegar hasta el Dominio de Parcela 29 ubicado en uno de los sitios más recónditos de la provincia de Soria? Pues bien, el astuto noble observó que hasta el mismo Viñedo llegaba una antigua calzada romana.
La calzada romana (aún existente en la actualidad) aunque deteriorada servía como vía de comunicación entre Zayas de Báscones con Francia e Italia.
Fue así como el Vino de la Parcela 29 comenzó a ser un referente nacional e internacional, abasteciendo nobles y reyes europeos.
Tras un largo periodo de esplendor, un demoledor incendio arrasó el Señorío. Los pobres campesinos vieron cómo sus tierras de labor y casas ardían a la vez que el palacio principal del Señorío, que se quemaba igualmente quedando únicamente en pie su muralla y las bodegas subterráneas donde guardaban el mejor vino.
Con el incendio del palacio, el Señorío fue poco a poco perdiendo su fuerza. La actividad en el Dominio de Zayas de Báscones iba cayendo mientras sus habitantes emigraban a la ciudad en busca de un sustento mejor tras perderlo todo en el incendio.
El resto, ya es historia. Poco a poco Zayas de Báscones quedó despoblada y abandonada, y las viñas viejas de Parcela 29 fue cayendo en el olvido hasta el punto de ser sustituido por otros cultivos de labor.
Fue así como el viñedo del Señorío, uno de los más reconocidos de la zona, fue también apagándose poco a poco, hasta que finalmente desapareció.
Aquí es cuando, más de 400 años después, entramos en acción mi hermano y yo. Cuando nuestro padre adquirió parte de las tierras del Dominio de Zayas de Báscones, siempre nos llamó la atención que solo en esa parcela, junto al pueblo, junto al lagar y sus bodegas subterráneas, estuviese el único viñedo en muchos kilómetros alrededor.
Y nos preguntábamos a menudo: ¿por qué nuestros ancestros, con todo su saber y experiencia en el campo, eligieron esta parcela de todo el Señorío? La intriga se apoderaba de nosotros…
Cuando decidimos poner viñas, pensamos:
«si nuestros ancestros, con todo su saber eligieron Parcela 29 para poner su viñedo,
esta misma será la que nosotros elijamos para poner nuestras vides».
Y así fue como decidimos poner ahí mismo las viñas, y recuperar el esplendor de la Parcela 29.
Ahora, varios años después de recuperar mi hermano y yo las viñas con la plantación de un nuevo viñedo en la misma Parcela 29, vemos claro el motivo de haber sido seleccionada esa misma parcela: su fuerza, espíritu y magia nos acompaña y seguirá el camino con nosotros dando sus mejores frutos y llegando lejos, como hizo antaño.