Y la actitud con la que enfrentas los problemas, las caídas, los fallos,… marca la diferencia, cómo volverás a levantarte y superarás ese momento para seguir avanzando en la vida, que dura bien poquito y hay que disfrutarla a tope.
Sin saberlo, nuestra parcela bonita estaba ahí para darnos una lección de vida. Para recordarnos cómo la actitud te puede llevar al éxito o, por el contrario, a mantener tu brillo oculto, escondido, sin permitirte vivir con plenitud y la alegría que merecemos todos.
La evolución de esta parcela, la Nº 29 «Las Viñas», que tuvo una época de plenitud, triunfo, reconocimiento,… pero que por infortunios y circunstancias de la vida termina en el olvido para finalmente volver a resurgir de nuevo aún con más fuerza, viene a ser una lección de vida. Recoge perfectamente una situación en la que nos hemos podido ver en algún momento de nuestra vida. Momentos en los que sentimos caer, perder lo que tenemos (un trabajo, una pareja, algo de valor personal, sentimental o económico,…) o en las que simplemente no estamos en nuestra mejor situación personal y emocional. Parece que todo se pierde, todo se apaga, no vemos luz al final del tunel…
Pero siempre debemos recordar que no importa las circunstancias en las que caigas, sino la actitud con la que te levantas. Tras tocar fondo, las ganas y la emoción que pongas, la energía que desprendas en el momento de volver a mirar hacia arriba. Ahí está la clave, ahí está el impulso para volver a brillar de nuevo, si cabe aún con más fuerza.
Esta es la historia de la Parcela Nº29 «Las Viñas», epicentro del Señorío y toda la comarca, elegida entre cientos de hectáreas de la Ribera del Duero por los viticultores más veteranos, hombres de campo con la única pero invalorable sabiduría que da la experiencia, abasteciendo antaño con sus mejores vinos hasta la Corona.
Abandonada tras su época dorada, cayendo en el olvido, pero manteniendo su esencia. Esencia que vuelve a resurgir entre sus cenizas, que comienza a levantarse, con nueva alegría, con nuevas esperanzas, con más fuerza si cabe. Para volver a brillar, volver a recuperar su esplendor y volver a compartirlo más allá de sus fronteras, como hizo antaño, pero esta vez para llegar incluso aún más lejos.
Que tengamos presente esta lección de vida, para cualquier tropiezo que podamos dar en la vida. Vamos, levántante, no tengas miedo, ni pereza,… puedes hacerlo. Si quieres y luchas por ello, las circunstancias se pondrán a tu favor, para volver a ponerte en pie e incluso llegar mucho más lejos de lo que jamás hubieses imaginado. Anímate, la vida está para disfrutarla.