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El origen
El origen de Parcela 29 y su viñedo, se remonta a la Edad Media.
Hace más de 400 años, la Parcela 29 y una amplia zona de alrededor estaba bajo el Dominio de un Señorío de origen francés.
El noble francés propietario del Señorío que ocupaba gran parte de Zayas de Báscones y donde se ubicaba Parcela 29 era de gran relevancia en la época. El noble francés, tenía un caracter emprendedor y poco conservador para los tiempos que corrían en la Edad Media y lejos de conformarse con autoabastecerse en su Dominio, lo que más le interesaba era descubrir y hacerse con los preciados metales preciosos que portaban comerciantes europeos en Francia e Italia, y con el exotismo de las especias que llegaban del lejano Oriente.
El intrépido noble francés, que convivía en armonía con el resto de campesinos de pura cepa catellana que habitaban su Dominio. Y juntos, idearon un plan para poder hacerse con esos bienes tan lujosos y desconocidos para ellos. Debía ofrecer a cambio el bien más preciado de todo su Dominio: el vino. Pero para que fuese tan valorado, debía elaborar un vino exquisito, extraordinario, diferente a todos.
Así, noble y campesinos combinaron su «savoir faire» :
- el noble francés, aportó todo su conocimiento sobre elaboración de vino que, aunque seguía métodos tradicionales, incorporaba mordernas técnicas de vinificación que se estaban ya aplicando en Francia.
- Los sabios campesinos por su parte, aportaron su experiencia y conocimiento en el trabajo de la tierra y el cuidado de la viña.
En aquel momento, todo el vino del Señorío provenía de la Parcela 29 de Zayas de Báscones. Es curiosos, que en todo el Señorío que abarcaba el Coto Redondo de Zayas de Báscones, solamente había un viñedo y éste se encontraba en la Parcela 29, la protagonista de nuestra historia.
El saber que da la experiencia y el trabajo con la tierra durante años hizo que los campesinos más mayores y experimentados eligiesen esa única parcela para plantar el viñedo del Señorío.
¿Por qué nuestros ancestros, con todo el saber que da la experiencia y el trabajo duro en el campo, eligieron esa parcela? ¿Por qué en concreto esa tierra ubicada a la Ribera del río? ¿Fue su terroir? ¿Fue su orientación? ¿O tal vez la suave ladera y su precisa orientación lo que les enamoró? ¿Fue la fuerza de su tierra lo que les cautivó…?
A día de hoy no sabemos cuál fue el motivo, pero lo que sí tenemos claro es que acertaron.
Y así, la Parcela 29, denominada 400 años atrás «Las Viñas» por ser la única en la zona con cultivo de vid, comenzó a dar sus frutos con unas uvas de excelente calidad. Calidad que se se reflejaba en sus vinos de guarda, que tras ser elaborados artesanalmente en el lagar ubicado justo al lado de la parcela, dormían tranquilos en las bodegas subterráneas naturales que rodean Parcela 29.
Pronto el intercambio del exquisito vino de Parcela 29 por oro y metales preciosos de los mercaderes europeos fue a más, llegando el Vino del Señorío a nobles y reyes de otras regiones y países, que cada vez querían más y más de este vino.
¿Y cómo era posible que en esos tiempos, en plena Edad Media, alguien pudiese llegar hasta el Dominio de Parcela 29 ubicado en uno de los sitios más recónditos de la provincia de Soria? Pues bien, el astuto noble observó que hasta el mismo Viñedo llegaba una antigua calzada romana.
La calzada romana (aún existente en la actualidad) aunque deteriorada servía como vía de comunicación entre Zayas de Báscones con Francia e Italia.
Fue así como el Vino de la Parcela 29 comenzó a ser un referente nacional e internacional, abasteciendo nobles y reyes europeos.
Tras un largo periodo de esplendor, un demoledor incendio arrasó el Señorío. Los pobres campesinos vieron cómo sus tierras de labor y casas ardían a la vez que el palacio principal del Señorío, que se quemaba igualmente quedando únicamente en pie su muralla y las bodegas subterráneas donde guardaban el mejor vino.
Con el incendio del palacio, el Señorío fue poco a poco perdiendo su fuerza. La actividad en el Dominio de Zayas de Báscones iba cayendo mientras sus habitantes emigraban a la ciudad en busca de un sustento mejor tras perderlo todo en el incendio.
El resto, ya es historia. Poco a poco Zayas de Báscones quedó despoblada y abandonada, y las viñas viejas de Parcela 29 fue cayendo en el olvido hasta el punto de ser sustituido por otros cultivos de labor.
Fue así como el viñedo del Señorío, uno de los más reconocidos de la zona, fue también apagándose poco a poco, hasta que finalmente desapareció.
Aquí es cuando, más de 400 años después, entramos en acción mi hermano y yo. Cuando nuestro padre adquirió parte de las tierras del Dominio de Zayas de Báscones, siempre nos llamó la atención que solo en esa parcela, junto al pueblo, junto al lagar y sus bodegas subterráneas, estuviese el único viñedo en muchos kilómetros alrededor.
Y nos preguntábamos a menudo: ¿por qué nuestros ancestros, con todo su saber y experiencia en el campo, eligieron esta parcela de todo el Señorío? La intriga se apoderaba de nosotros…
Cuando decidimos poner viñas, pensamos:
«si nuestros ancestros, con todo su saber eligieron Parcela 29 para poner su viñedo,
esta misma será la que nosotros elijamos para poner nuestras vides».
Y así fue como decidimos poner ahí mismo las viñas, y recuperar el esplendor de la Parcela 29.
Ahora, varios años después de recuperar mi hermano y yo las viñas con la plantación de un nuevo viñedo en la misma Parcela 29, vemos claro el motivo de haber sido seleccionada esa misma parcela: su fuerza, espíritu y magia nos acompaña y seguirá el camino con nosotros dando sus mejores frutos y llegando lejos, como hizo antaño.
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TÚ TAMBIÉN PUEDES FRENAR EL CAMBIO CLIMÁTICO
¿Quieres contribuir a mejorar el entorno pero no sabes cómo?
Ahora tienes la oportunidad de unirte a «The Postín Club» con tu compra y poner tu granito de arena para dejar un mundo mejor. ¡Te contamos cómo!
Con cada botella de Vino De Postín®, además de poner freno al calentamiento global, contribuyes a mejorar el entorno económico y social de las zonas más desfavorecidas y abandonadas de la «España vaciada» como es la zona local en la que estamos (Zayas de Báscones, Soria).
COMPROMETIDOS CON NUESTRA SOCIEDAD
Nuestra comunidad, la comarca donde elaboramos el vino, su cultura vitícola, su historia,…. todo hace posible el Proyecto De Postín. Sentimos tener una responsabilidad hacia todos ellos y queremos devolver con creces todo lo que nos han aportado desde que comenzamos esta aventura. Con cada botella de Vino De Postín®, tú también estás contribuyendo a esta causa social con la que además, vamos a restaurar nuestro entorno histórico – cultural.
Lagar ubicado junto a Parcela 29 «Las Viñas», en Zayas de Báscones (Soria)
H2O – AGUA, EL AUTÉNTICO LUJO
El uso responsable del agua, auténtico lujo de este siglo, es otra de nuestras prioridades. Nuestros esfuerzos en el proyecto De Postín se dirigen hacia un consumo responsable y respetuoso del H2O.
INNOVACIÓN SOSTENIBLE
Cada elemento seleccionado para formar parte de las Experiencias De Postín® son elegidos y diseñados desde la sostenibilidad y el compromiso con nuestro entorno local.
Estamos en una pequeña pedanía de la «España vaciada«, pero con un gran valor histórico-cultural. Botella, corcho, etiquetas,… todos los elementos DE POSTÍN® hablan de ellos y, a su vez, son elaborados con materiales reciclados y respetuosos con el medio ambiente.
FRENA EL CAMBIO CLIMÁTICO
Con cada botella de vino De Postín® contribuyes a capturar el carbono de la atmósfera, gran responsable del efecto invernadero. Así, la Parcela Nº 29 de donde proceden nuestras uvas, la hemos transformado mediante la recuperación del viñedo en un sumidero natural de CO2.
HACIA LA HUELLA DE CARBONO CERO
Además, nos esforzamos también por reducir la huella de carbono de nuestros procesos, seleccionando materiales respetuosos con el entorno y optimizados para reducir al máximo la huella de carbono. Dejemos a nuestros hijos un futuro mejor protegiendo el planeta y construyendo un entorno mejor.
Con cada brindis De Postín®,
estás brindando por tu contribución a
dejar un mundo mejor.
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COMPROMISO SOCIAL
Contribuir socialmente en la zona es una de las cosas que da sentido a nuestro proyecto. El pasado fin de semana, pusimos nuestro pequeño granito de arena para ello y estamos realmente contentos.
Con motivo de la romería de la Virgen de Las Lagunas que como todos los años es trasladada a Zayas de Báscones dese Villálvaro, hemos contribuido a recuperar una de las tradiciones que se estaban perdiendo de este día tan especial.
Y es que antaño, tal día como hoy era una fiesta para los vecinos de ambos pueblos, y volver a vivir esa celebración aquí en Zayas ha sido realmente emocionante para muchos de ellos.
Es una pena que en muchos pueblos, especialmente de la “España cada vez más vaciada”, se estén perdiendo los usos y costumbres, tradiciones ancestrales que tienen un valor cultural, histórico y social inmenso y que están cayendo en el olvido…
Estamos felices por el bonito día que hemos vivido hoy con los vecinos de Villálvaro, y esperamos que se mantenga por muchos años esta bonita tradición
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COMPARTIENDO MOMENTOS, CREANDO RECUERDOS
Cuando empezamos este proyecto, teníamos claro que nuestro vino tenía que tener algo tribal. Esa sensación de estar compartiendo un buen momento mientras lo tomas, creando gratos recuerdos y forjando amistades es algo que siempre hemos tenido muy presente durante su concepción.
Compartir y reforzar esos momentos con un vino que, además de llamar la atención por su personalidad y estilo particular, fuese capaz de reforzar ese momento, ese recuerdo y esa amistad es prioritario en la elaboración de nuestros vinos.
Por eso, desde el primer momento buscamos que Vino De Postín tuviese una personalidad muy especial. El terroir, su elaboración artesanal y la esencia de su parcela son los ingredientes principales de su carácter único.La historia de más de 100 años del viñedo, la cultura vinícola donde se encuentra la bodega y la esencia de la parcela donde se ubica el viñedo, son elementos que igualmente acompañan en cada velada en la que se comparte un Vino De Postín.
Cuando nuestros clientes nos confían sus momentos con los mejores amigos, con sus parejas o en sus reuniones de trabajo y las comparten con Vinos De Postín, sabemos que no es solo una velada, son recuerdos y buenos momentos que se mantendrán en el tiempo.
Y los recuerdos se tienen que cuidar con mucho tacto, para que nos acompañen el mayor tiempo posible.
Si quieres generar esos recuerdos para toda la vida, hazlo con vino noble que fomente la comunicación abierta y sincera entre las personas. Un vino que expresar tus propios sentimientos de manera clara y respetuosa, los sentimientos de su terroir. Un vino que esté presente en la conversación.
Un vino capaz de crear también momentos de humor, positivos, de aligerar el ambiente. Con el que compartir risas y bromas que ayuden a crear vínculos entre las personas y a hacer que la velada sea más relajada y agradable.
Un vino con el que compartir intereses comunes, que nos conduzca a hablar de temas que sean de interés mutuo. Conversaciones profundas o temas banales, pero en las que todas las partes disfruten por igual, aumentando la sensación de conexión y placer compartido.
Un vino que nos permita escuchar activamente, empatizar para generar un ambiente positivo y fortalecer vínculos.
Un vino que te hable de historia y cultura, la que aconteció más de 200 años atrás cuando el paraje en el que se ha elaborado era una de las principales zonas vitivinícolas de la España más profunda.
Un vino con el que expresar el respeto hacia la otra parte. Un vino amable, que exprese gratitud y aprecio por la compañía de la otra persona y por los momentos compartidos.
Un Vino De Postín, que genere el recuerdo que la velada merece y que perdure el mayor tiempo posible en vuestra memoria.
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NUESTRA HISTORIA, PARTE II
Lo de la bodega llegó más tarde. Nuestra viñitas seguían creciendo felizmente. Lo de hacer nuestro propio vino siempre había sido un sueño latente, pero para nada estaba en los planes hacer una bodega.
Dicen que la historia se repite y, de nuevo, un día Agustín me dijo:
Marta, las uvas que está dando el viñedo son muy especiales. Por la altitud a la que estamos, el clima que tenemos en Soria y el terroir de la Parcela, si trabajamos nosotros personalmente la elaboración con mimo, cuidado y siguiendo los métodos artesanales tradicionales de esta zona, podemos hacer un vino de gran calidad.
Y llegó la pregunta: Marta, ¿qué te parece si montamos… nuestra propia bodega? Y lo flipé de nuevo. ¡Cómo! ¿¿¡¡Una bodega!!?? Otra vez la pregunta me pareció una locura… Pero recordé que solo los que se atreven lo consiguen y que el viñedo, que inicialmente había parecido otra locura, estaba resultando un proyecto maravilloso.
Fue así como dejé todo para sumarme al proyecto que había planteado mi hermano, al #ProyectoDePostín®. De nuevo, dije: «SI!».
Nos pusimos manos a la obra y de repente, todo encajaba. Hablamos con uno de los grandes enólogos de la Ribera y también le convenció nuestro proyecto. La trayectoria que llevábamos junto con el enfoque de recuperar la esencia de la zona y llevarla a nuestros vinos de una manera auténtica, a la vez que trabajábamos con métodos tradicionales y artesanales le enamoró. Y así, formamos el tamdem perfecto. Como un puzzle en el que todas las piezas encajan.
Agustín se encarga del trabajo en la Parcela. Él es el Jefe de Campo, responsable del viñedo y de toda su actividad vitícola. Su objetivo es cuidar, mimar y seleccionar las mejores uvas para nuestros vinos.
Narciso es nuestro enólogo, encargado de la elaboración del vino. Realiza su actividad vinícola en Bodegas De Postín con las mejores uvas seleccionadas del viñedo y siguiendo métodos artesanales y tradicionales de la zona. Conseguir un vino de calidad y auténtico que refleje la esencia de esta zona es su máximo objetivo.
La tercera pieza del puzzle sería yo. Estilista de las botellas de vino y de todo lo que las rodea en el mercado, me encargo de que nuestro vino brille como se merece y que la esencia de esta zona, su historia y su cultura pueda llegar a cualquier parte del mundo. Mi objetivo es que quien pruebe un Vino De Postín®, además de beber un Gran Vino, comparta una experiencia que llegue a emocionarle y recuerde en el tiempo.
Todo esto encaja aún más cuando el trabajo en equipo es amable, coordinado, con un mismo espíritu emprendedor, ilusionado, optimista,… Y con una visión que compartimos los tres: dejar un mundo mejor a nuestros hijos, comprometiéndonos con nuestro entorno social y natural mientras trabajamos y avanzamos con nuestro proyecto.
¿Se puede pedir más…?
Espero que os haya gustado la historia de nuestro #ProyectoDePostín®. Si es así y te has perdido la Parte I, aquí tienes el enlace: Nuestra historia (Parte I).
Cualquier otra curiosidad podéis contactar y preguntarnos a través de nuestro email o formulario.
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LA ETIQUETA
Diseñar la etiqueta de la botella «DE POSTÍN Parcela 29 Las viñas» no fue tampoco tarea fácil y lo cierto es que nos llevó mucho tiempo. Nadie imagina la cantidad de horas de trabajo, de pensar, de dibujar,… que hay detrás de una buena etiqueta hasta que se pone a hacerla.
Para mi suponía todo un reto. Tantos años diseñando packaging para otros y cuando llega el mommento de hacerlo para mí, las dudas y los bloqueos fueron apareciendo mientras trabajaba en ello. Supongo que el respeto por un sector tan maduro con tanta trayectoria me imponía. Además, tantos vinos, tantas etiquetas,… buscaba un diseño único y diferencial para nuestro vino, pero sin caer en las estridencias tan de moda ahora pero con las que no me siento identificada, y tampoco nuestra marca.
Finalmente, igual que pasó con el nombre, cuando me relajé y me centré solo en crear algo que tuviese sentido para nosotros, que contase nuestra historia independientemente pudiese gustar más o menos, todo comenzó a fluir.
Para llegar a esta etiqueta, partimos de un objetivo claro: mantener la esencia de la Ribera del Duero (tradición, seriedad, historia, autenticidad,…) a la vez que conseguíamos una imagen elegante, minimalista y que transmitiese la calidad y exclusividad de nuestros vinos.
Para transmitir un diseño moderno, me centré mucho las tendencias de un sector que me gusta mucho: la moda. Me encantan especialmente los complementos y me fascina la experiencia de marca asociadas a las principales firmas de moda: DIOR, YSL, LV, BOSS,… Todas ellas me sirvieron de inspiración como base de la etiqueta y de la imagen que queríamos proyectar.
Para las artes finales de la etiqueta, contamos con la colaboración del Estudio de Diseño Hula, especializado en packaging de vino. A partir del breafing que le aportamos se encargaron de plasmarlo de manera magistral representando la Parcela Nº29 Las Viñas y su terroir, elemento principal en torno al que gira toda la historia de nuestro proyecto y la base de nuestros Vinos de Parcela.
El dibujo de la etiqueta es una vista cenital de la parcela y sus alrededores. En dorado se enmarca el viñedo mientras se dibuja en carboncillo la estructura del viñedo, linderos y caminos de alrededor que confluyen armónicamente hacia ella, hacia el origen de la historia del vino en esta zona.
David de HULA lo supo recoger de manera suprema mediante un concepto con el que nos sentimos identificados y que precisamente ponemos en práctica en nuestro día a día y a medida que avanzamos con el proyecto DE POSTÍN: el concepto «líquido», plasmado en la etiqueta por el estamping dorado que dibuja la parcela y que representa el saber fluir y adaptarse a los cambios del entorno, de las circunstancias,…
Como el «be watter, my friend» de Bruce Lee en el que nos anima a ser flexible, a fluir, adaptarnos. Sé valiente, aprende, adáptate, mantén la calma. Eres más fuerte que cualquiera de tus miedos. Sé como el agua, que fluye y se adapta mientras avanza y, es así, como sigue recorriendo su camino y llega lejos.
Nuestra etiqueta cuenta cómo la esencia de la principal parcela de la zona desaparece años atrás y queda en el olvido. Y como con el tiempo, es recuperada, resurge de nuevo y todo despierta, vuelve a nacer pero ahora con más fuerza y energía si cabe. Y va recuperando la fuerza y su esplendor de antaño. Todo comienza a fluir de los caminos y linderos colindantes hacia ella, hacia la Parcela, hacia las raíces, lo auténtico, hacia el origen.
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EL NOMBRE
Según nos comentáis, parece que os está gustando el nombre elegido para representar nuestro proyecto. DE POSTÍN, una apuesta arriesgada pero con la que todos nos sentimos en seguida súper identificados, por lo que no hubo dudas a la hora de dar el ok.
No fue tarea fácil. Tras meses y meses buscando y estudiando opciones, por fin, teníamos el nombre y nos convencía a toda la familia! Y aunque ahora se ve que encaja perfectamente, ya os digo que fue dificil, muy dificil dar con él. Lo cierto es que siempre estuvo ahí, esperándonos. Pero tuvimos que hacer un largo recorrido antes de dar con él.
Desde el primer momento que comenzamos a considerar un nombre que representase nuestro vino, tuvimos claro que la palabra o palabras seleccionadas deberían representar nuestra familia, nuestra historia.
Lo más típico, fácil y bonito (aunque también un poco rancio ya) es poner el apellido. En nuestro caso, tuvimos la suerte que ya hay un gran enólogo «POSTIGO» (Tomás) con todo lo habido y por haber relacionado con nuestro apellido (y el suyo) ya registrado. Por lo que, muy a nuestro pesar en un principio, quedó descartado en seguida. No queríamos entrometernos en el camino de nadie, en especial de alguien que ha hecho tan buen trabajo en la Ribera, ni parecer que nos queríamos aprovechar de esa trayectoria. Tampoco queríamos comenzar con problemas con nadie… Así que, con pena en ese momento, quedó descartada la opción de nuestro apellido. Lo que no sabíamos entonces era que algo mejor nos estaba esperando.
Empezamos a considerar otras opciones. Para ello, retrocedimos en el tiempo, a 1942, cuando comenzó todo, cuando nació nuestro padre, al que le debemos tanto, a cuyo esfuerzo y ejemplo nos ha permitido comenzar este proyecto. Trabajador incansable de sol a sol en el campo, nos fue dejando una herencia, tanto en sabiduría como en valores, cuyos frutos ahora recogemos… Su esfuerzo debía estar presente en esta aventura, muy presente. Por lo que el nombre de nuestro vino, debería tener, al menos, alguna connotación, algún elemento o algún detalle que fuese un guiño a nuestro padre, a nuestro origen.
A su vez, aunque nos sentíamos muy unidos y agradecidos a nuestras raíces, teníamos claro que estábamos despegando. Entrábamos en una nueva dimensión, tal vez en el mismo escenario (en el campo, en la misma parcela en la que tanto habíamos vivido tiempo atrás), pero con un enfoque totalmente diferente, totalmente innovador, totalmente vanguardista y, siempre, siempre, mirando al futuro, no anclados en el pasado.
El nombre, además de hacer un guiño a nuestro origen, tenía que tener alguna connotación hacia esa nueva visión innovadora, hacia ese nuevo futuro que queremos construir.
Nos habían advertido de lo difícil de registrar un nombre para un producto como el vino, pero no nos podíamos imaginar la magnitud de la cantidad de nombres ya registrados en el sector vinícola. Así, un año después de comenzar con la búsqueda y más de una vez a punto de tirar la toalla porque no había manera de dar con un nombre válido (que tuviese un sentido para nosotros y, a su vez, óptimo como marca), nos llevó a conseguir el nombre actual.
Cuantas más ideas, más combinaciones de palabras. Y cuantas más combinaciones, más complejos los nombres que resultaban… ¿Cómo se va a acordar mi padre de nuestra marca cuando le pregunten por el vino de sus hijos si casi ni me acuerdo yo del acrónimo creado en busca de ese nombre especial? No way, no era viable…
Y de repente, allí estaba, esperando a ser elegido, a ser registrado y a acompañarnos al infinito y más allá. DE POSTÍN. Un nombre que cumplía todos los requisitos habidos y por haber: nombre representativo (combina el nombre de mi padre AGUSTÍN, con nuestro apellido POSTIGO), connotación positiva (algo «de postín» era algo que denotaba calidad, como nuestro vino), válido en otros idiomas, corto y memorable. Fresco, moderno, cool,… y lo más importante: que cuando a nuestro padre preguntasen por el nombre del vino de sus hijos pudiese recordarlo fácilmente y contar con orgullo que lleva su nombre.
Amor a primera vista y todo un homenaje, que podrá gustar más o menos, pero que a nosotros nos encanta porque nos representa 100% y sentimos que nuestro origen nos acompañará siempre.
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ESTA ES NUESTRA HISTORIA (PARTE I)
Hola, somos Agustín y Marta. Dos hermanos con un proyecto en común.
Mi hermano, Agustín, siempre ha trabajado en el campo. De pequeñito lo que más le gustaba era acompañar a mi padre y trastear con los aperos agrícolas, jugar con los animales que él criaba,… Nuestro padre es de un pueblecito de Soria. Además de ser un emprendedor nato, se ha dedicado toda su vida a la agricultura y ganadería. Digamos que Agustín se ha criado con él en el campo. Siempre tuvo claro que se quería dedicar a ello, y así ha sido.
Yo soy economista y, aunque también tuve la suerte de crecer entre campos de cereales, opté por dejar el nido y volar a mi aire. Madrid, Londres, París, Köln,… fueron algunos de los lugares donde estudié y trabajé durante varios años. Durante este periodo me di cuenta que mi pasión, más que los números, era la comunicación. Poder expresar conceptos solo con imágenes, símbolos, diseños, materiales,… me fascinaba. Así que cambié el rumbo y me dediqué profesionalmente al mundo de la publicidad durante varios años.
Agustín seguía feliz en el campo. Con sus cultivos, su naturaleza, sus animales,… innovando en procesos, plantaciones y técnicas de cultivo, buscando siempre la mejora constante, la diversificación y la calidad de sus productos.
Estando ya en Soria, un día Agustín me planteó poner un viñedo. Al principio me sorprendió la idea y, aunque la viña siempre había estado presente en nuestra finca, me pareció una locura… ¡A a estas alturas un viñedo! Bueno pues resultó que sí. De las locuras surgen los mejores proyectos y con la madurez las mejores decisiones.
Agustín me explicó que no sería un viñedo cualquiera. Que íbamos a recuperar justo la Parcela en la que antaño, hace más de 500 años, era la única en la zona que tenía viñas y con la que abastecían a todo el Condado ubicado en Zayas de Báscones y zonas colindantes. Agustín me dijo:
Marta, si nuestros antepasados, con toda la sabiduría que da el tiempo y la experiencia, eligieron y confiaron en esta Parcela para plantar viñas, confía que todo saldrá bien
Eso me convenció. Recogiendo el «savoir faire» y la experiencia de nuestros ancestros, estaba claro que apostábamos por lo seguro. Y aunque era un proyecto arriesgado, resultaba a la vez apasionante y retador.
Con el tiempo me di cuenta además, que estaba en nuestras manos recuperar la historia, la tradición y la gran cultura vitivinícola de esta zona, olvidada completamente. Eso me enamoró. Y dije «SÍ«.
A los dos años, nuestro viñedo crecía feliz, sano y vigoroso. Mi hermano contento de estar haciendo realidad su sueño de recuperar el viñedo. Yo feliz de estar recuperando no solo la historia y cultura de antaño, sino que a su vez, estábamos poniendo nuestro granito de arena para la conservación del entorno natural que nos rodea!! Uauuu, me fascinó la idea de poder colaborar con nuestra actividad al freno del calentamiento del planeta: la recuperación del viñedo ha supuesto la creación de manera natural de un sumidero de CO2, es decir, nuestras viñitas, se encargan de captar por sí solas las partículas contaminantes del ambiente y las transforman contribuyendo a generar un entorno más saludable y frenar el cambio climático.
¿¡Qué más se puede pedir!?
¿Quieres saber cómo sigue nuestra historia?… sigue leyendo en el siguiente post o pincha AQUÍ para la PARTE II 😉
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COMPROMISO SOCIAL: CAMPAÑA EFECTO SER HUMANO
Es la campaña que Manos Unidas ha puesto en marcha ante la injusticia climática y con la que colaboramos para apoyar a las personas más vulnerables y que están sufriendo los efectos del cambio climático. Aún siendo los que menos han contribuido al calentamiento global, éste está afectando directamente a su alimentación, su forma de vida, de trabajo y a su salud.
Sequías, contaminación del agua, erosiones de zonas de cultivo, desplazamientos por pérdida de vivienda,… todo ello merma los derechos más básicos de la zona Sur global.
Desde aquí, nos sumamos a la iniciativa de Manos Unidad en su proyecto «Efecto Ser Humano», y queremos darle voz. Una campaña con la que nos sentimos muy identificados en la manera que está en la misma línea que los valores de maca De Postín, entre los que se encuentra el cuidado de los recursos naturales, freno del cambio climático y apoyo social a entornos desfavorecidos (económicamente, geográficamente,…etc).
Porque somos los seres humanos, las personas, las que con nuestras pequeñas acciones en el día a día, podemos contribuir al freno del cambio climático y, con ello, disminuir la desigualdad climática en el planeta.